viernes, 30 de agosto de 2013
Ahora que comienza el curso...
Dentro de unos días muchos de vosotros o de vuestros hijos, cogerán de nuevo las Mochilas y acudirán a las aulas para enfrentarse con las matemáticas, la historia o la Literatura.
Asignaturas que siendo importantes no son imprescindibles para poder vivir.
La gran asignatura, aquí es donde te queríamos lanzar el reto del sobresaliente, es aquella a la que un gran santo del siglo XX calificaba de casi necesaria para un verdadero cristiano y de la que Santa Teresa de Jesús dijo: santo sin oración...no me lo creo. Este santo decía si no consigues ser almas de oración has perdido el tiempo.
Porque si saber sumar o restar es prácticamente necesario para vivir como no lo va ser el poder conocer la Voluntad de Dios.
Por eso te aconsejo que te concretes: hora fija y momento fijo para poder hablar, tú a tu, con Dios de tus cosas, de vuestras cosas...ya verás como al final tu eres el que sales ganando.
jueves, 29 de agosto de 2013
La debilidad del Papa: los jóvenes.
El pasado miércoles, aunque no había audiencia, el Papa Francisco quiso estar con un grupo de jóvenes de la diócesis de Piacenza.
El Papa comenzó la audiencia diciéndoles:
Gracias por esta visita. Vuestro Obispo dice que he hecho un gran gesto por venir pero en verdad lo he hecho por egoísmo, ¿Saben por qué?, porque me gusta estar con ustedes. Me gusta estar con los jóvenes, porque ustedes tienen dentro de su corazón una promesa de esperanza. Ustedes son portadores de esperanza. Ustedes viven el presente, miran el futuro, son artífices y artesanos del futuro. Y esta es vuestra alegría y esta es vuestra responsabilidad, volverse artesanos del futuro.
El Papa les volvió a recordar que los jóvenes tienen que ir muchas veces contracorriente y que para eso se lo pidamos a la Virgen: Pidamosle a Ella que es nuestra Madre en el cielo que nos de la Gracia de ir contracorriente.
Finalizo la audiencia con este numeroso grupo de jóvenes con el rezo del avemaría.
miércoles, 28 de agosto de 2013
Un problema: tengo vocación (I)
Desde hace tiempo vengo trabajando sobre uno de los momentos decisivos del hombre: la llamada.
Lo primero que quiero aclarar es que la vocación no es una cuestión particular. Es decir para muchos la vocación es solo para los que son sacerdotes o monjas...y esto es un gran error porque la vocación es la iniciativa de Dios a comunicarse con El y a participar en la vida divina. De hecho la palabra vocación viene de la palabra latina: vocatio que deriva de la palabra Kaleo que significa acción con la que se dirige a alguien para pedirle que se aproxime a nosotros o para entablar una relación con él.
Pero si queremos hablar del proceso por el cual una persona descubre que tiene que dejarlo todo y dedicarse con todas sus fuerzas a ayudar en la medida de sus fuerzas a Jesús a la nueva evangelización hay muchos puntos problemáticos: ¿como se escucha esa llamada?, ¿sigue hoy Dios llamando?, ¿Que pasa si se responde negativamente a la iniciativa de Dios?, ¿A que edad Dios llama?, ¿tengo vocación?
Verdad que son muchas las cuestiones. Aquí pretendemos dar algunas respuestas a estas preguntas y a otras que tu quieras formularnos. Por ahora sólo abrimos el abanico de los problemas...ya llegaran las respuestas.
La fuerza de la oración...
Hoy es un día de gran esperanza para todos aquellos que creemos que la oración es omnipotente.
Alguno podría decir... pero si ayer decíamos otra cosa, nos estamos contradiciendo...ayer la oración nada puede y hoy, al ver como Santa Mónica consigue la conversión de su hijo Agustín, todo lo consigue.
No hay contradicción, lo que estamos diciendo es que la oración perseverante, confiada, de abandono...lo consigue todo pero la oración sentimental, obstinada, persistente y caprichosa no da frutos.
Santa Mónica no sólo rezo un sólo día por la conversión de su hijo sino que serían muchos días, semanas y meses los que la pobre mujer, sin ver aparentes frutos por su parte, seguiría implorando al Señor una verdadera conversión.
Esa perseverancia es lo que lleva a Agustín, sin darse cuenta, a encontrarse con Dios y a dar un paso que meses antes ni habría imaginado pero es que detrás estaba la oración de una madre que, como hemos visto tantas veces, todo lo puede porque una madre santamente apasionada consigue del Hijo la conversión de sus hijos.
martes, 27 de agosto de 2013
Hoy, ¿Merece la pena ser honrado?
Muchas veces cuando hablas con algunas personas que han sufrido un fuerte revés de manera injusta te preguntan, ¿se puede ser honrado hoy?, ¿merece la pena serlo?
Estos días estoy leyendo un libro de Juan Luis Lorda, Virtudes, y en uno de sus párrafos se hace este misma pregunta. Responde:
Bueno ser honrado no es lo mismo que ser ingenuo. Hace falta precaución con los que pueden abusar o hacer daño. Para ser honrado se necesita un poco de ingenio y bastante determinación, pero es mucho más bonito y mucho más humano. Es vivir de acuerdo con la dignidad de la persona.
Y es que, como dice Lorda, no hay que confundir la honradez con la ingenuidad...por querer ser honrado me dejo engañar...eso es una estupidez...
Ejemplos como bueno como el pobre ha dado un golpe a mi coche y yo lo tengo a todo riesgo y el sólo a...pago yo...y lo dejamos...eso no es una actitud virtuosa porque la virtud es ejercitar la fortaleza y la justicia que son componentes de la honradez y no de la estupidez.
Esto no funciona de este modo...
Puede que alguna vez hayas visto una película, es muy típico en las películas hechas por los evangélicos como: el amor toma su tiempo, etc., en las que uno de los protagonistas después de un fuerte revés o un desenlace que es un fuerte revés hace una oración muy sentida y, como si fuera arte de magia, el problema de forma inesperada se resuelve.
Es verdad que Dios nos escucha en nuestra oración y conoce nuestras necesidades y plegarias pero no es un Mago que a todo lo que le pidamos nos va a decir, como el ocurre con Aladín, pídeme 3 deseos que te los voy a conceder. Si fuera de ese modo las Iglesias estarían llenas: concédeme la Lotería, cura a mi Hijo de un cáncer, etc.
A la oración, y esto es lo más importante, no vamos a pedir sino sobretodo a adorar.
Por eso no te preocupes si parece que aparentemente no te escucha en la oración sino que el Dios lo que quiere es que tu le adores para que luego el pueda actuar no concediéndote lo que tu piensas que es lo mejor para ti sino lo que El, muchas veces es distinto a lo que tu piensas o deseas, es lo que más te conviene.
Esta es la oración de Jesús en el Huerto de Getsemani: Padre que no se haga mi voluntad sino la tuya. Que bueno es que tu y yo hagamos tantas veces y de este modo nuestra oración sin esperar nada a cambio.
martes, 6 de agosto de 2013
Un gran reto...
Hace unos días hablando con un buen amigo me decía: ¿Sabes cuál es el gran problema de los cristianos hoy en día?, pues como hay que nadar contracorriente, como nos ha dicho el Papa, aquellos que no son fuertes se los lleva el río.
Pienso que las palabras de este amigo son afortunadas. Hoy, siempre ha sido así, los cristianos tenemos que ir contra un ambiente que no nos ayuda pero no para nadar solos sino para ayudar a otros a que tampoco sean arrastrados.
Con el comienzo del curso escolar en el hemisferio norte se nos presenta a los cristianos que vivimos en esa latitud la oportunidad de ser fuertes y no dejarnos arrastrar.
Uno de los dones del Espíritu Santo es la fortaleza. Podemos pedírsela al Dios desconocido. No sólo para nosotros sino para nuestras familias, nuestros amigos y los compañeros de trabajo a los que vemos que la fuerte corriente ambiental les lleva a poco a poco dejar de practicar, que es dejar de creer, y recuperen esa fe que tantas veces han profesado.
Vamos a pedirlo también al futuro San Juan Pablo II.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)