domingo, 3 de marzo de 2013

Lo verdaderamente importante


Hay un pasaje de la Sagrada Escritura que, aparentemente, parece poco trascendental pero si lo meditamos con detenimiento describe lo verdaderamente importante.

Jesús acaba de decir, entre otras cosas, que el que me niegue delante de los hombres..., y en esa situación uno de la multitud le dice: Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo. Jesús ante esa petición se muestra perplejo: Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros? Y les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.

Y es que en ocasiones nos pasa que delante de Dios somos capaces de no darnos cuenta de lo verdaderamente importante y hacer las preguntas más inverosímiles cuando estamos delante del Creador.

Por eso, Jesús, después de esa pregunta tiene que recordar, por medio de un parábola, que lo importante no es lo que uno cosecha para esta vida sino para la vida eterna. Jesús viene a enseñar lo que es esencial y lo que es accesorio; y tú y yo debemos intentar aprender la lección.



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