
En esta ocasión ha sido con el caso de Ángel el padre de familia mexicano sobre el que el Papa puso las manos el pasado domingo recitando una oración de liberación. Primero se dijo que era un exorcismo, después salió la Oficina de Prensa del Vaticano diciendo que no y esta mañana nos encontramos que el Padre Amorth, exorcista del Vaticano, dice que si que la Oficina de Prensa se equivoca.
En este caso lo de menos es si hubo o no hubo. Aquí lo que queremos resaltar es que no pasa nada por decir que hubo si lo hubo o no lo hubo sino lo hubo. La claridad como la sencillez son notas de la Iglesia y deben reflejarse hasta en los pequeños detalles de la comunicación.