jueves, 21 de noviembre de 2013

Sin animo de herir



Desde el primer momento quiero aclarar que no es lo mismo pero no puedo ocultar que hay algunas personas que, en esta sociedad de gran pansexualidad, están bajo el dominio de la adicción del sexo. Son aquellos que no pueden reprimir el ver páginas pornográficas en Internet,  llamar a lineas telefónicas inconvenientes, etc.

Contra esta adicción me vienen unas palabras del Papa Francisco a los enfermos del Hospital San Francisco de Asís en Providencia (Brasil): abrazar, abrazar, todos hemos de aprender a abrazar a los necesitados..., y estos -no lo dudes- lo están.

Estas personas están necesitadas de que alguien les de la esperanza que, de esa adicción -como también es la adicción al  juego- se puede salir. El Papa decía en ese mismo encuentro que los ídolos de este mundo, y la sexualidad mal entendida y vivida lo es, es una propuesta ilusoria.

Tenemos que ser ese buen samaritano que, acompañándoles, les ayude a comprender la soledad que produce un rato de placer a cualquier precio y después...nada, ¿Cuantos de estos al final están solos?

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