miércoles, 16 de octubre de 2013

Hoy hace 35 años...



He decidido volver a revivir aquel momento. Ese 16 de octubre de 1978 cuando en la Loggia de las Bendiciones apareció por primera vez Juan Pablo II.

En aquel momento, pegados a un televisor que emitía en blanco y negro, mi madre y mis hermanos comenzamos a rezar por un Papa que venía de lejos pero, pro la comunión, siempre estaría cerca de nosotros. No pensé, a lo mejor por mi poca edad, que ese Papa fuera tan decisivo para mi vida, para nuestras vidas pero es que el Papa venido de Polonia pronto se gano nuestras cabezas y nuestras corazones al desafiar al único mal que sufre el hombre su propio egoísmo.

Después...Madrid (Bernabeu, Castellana), Santiago de Compostela, Avila, Roma, Paris, seguir al Papa de la Sonrisa. Al Papa Grande fue más que una suerte...una Gracia porque con el pude descubrir que seguir a Cristo no era para los tristes sino para los que quieren ser felices aquí y después allá.

Sin embargo la Providencia todavía me tenía reservado un regalo pasar el último año de la vida de Juan Pablo II viviendo con él en Roma. Aquellos viajes al Gemelli después de navidad, la escucha silenciosa de la Semana Santa y su tránsito al Cielo en la Pascua..., muchos tendremos que dar Gracias a Dios por haber crecido con Juan Pablo II. Soy uno de ellos y agradezco al Señor, de todo corazón, esa oportunidad.


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