sábado, 20 de abril de 2013

Tengo tanto que agradecer...



Mañana, domingo del Buen Pastor, es la Jornada por las Vocaciones y me he parecido que era un buen momento para agradecer a tantos como han rezado en estos años por mi vocación.

Son muchas personas las que de una manera u otra han puesto el granito de su oración y de su penitencia para que un desastre, todos los sacerdotes lo son, pueda tocar con sus manos el Cuerpo de Cristo.

Hoy no quería hablar de esas personas que directamente me han ayudado en mi vocación sino de aquellas otras que de una forma callada han rezado y rezan por los sacerdotes todos los días. A esas personas...gracias; porque puede que sin que nadie se lo haya dicho ninguna vez son los que con su sufrimiento animan a que muchos que, como era mi caso, ni me imaginaba que un día con mis labios perdonaría los pecados y hoy pueda hacerlo.

Este es el gran tesoro de la Iglesia. La oración y los dolores de tantos ancianos en asilos cuidados por algunas monjas mayores y que les animan a que sigan rezando. La enfermedad de un chico con un cáncer en un hospital que ofrece la operación a vida y muerte por el sacerdote que le atiende, etc., ese es el verdadero patrimonio de la Iglesia y ese nadie puede valorarlo. Hoy solo puedo agradecértelo porque si podemos seguir en este camino es gracias a vuestras oraciones.

No hay comentarios :

Publicar un comentario