miércoles, 10 de abril de 2013

Un caso de estudio



En las principales escuelas de negocio, Harvard, London Business School o el IESE, se enseñan a los directivos a través del método del caso. Con esa metodología aprenden aplicar modelos eficaces a sus empresas.

La Iglesia no es ninguna empresa pero no podemos olvidar que también tiene un componente humano y por eso es bueno que, de vez en cuando, se paré a analizar algunos modelos que funcionan, no sea que, además, nos este hablando a través de esos modelos el Espíritu Santo.

Con todo esto nos estamos refiriendo a la noticia aparecida ayer. El Responsable de Pastoral vocacional de los dominicos en Irlanda declaraba: Hemos tomado conscientemente la decisión de llevar el hábito, porque no teníamos vocaciones e íbamos por el mal camino. Si no nos presentamos de modo auténtico, ¿quién se va a unir a nosotros? Y eso significaba volver a los fundamentos» Y en los fundamentos estaba el hábito.

Entonces se han invertido las tornas y dónde la orden tendía a desaparecer tiene la mitad de novicios que seminaristas en toda la Isla.

Esto tiene que hacernos pensar si realmente debemos volver a presentarnos como auténticos o no. Para esto te puede ayudar leer el comienzo del libro del Cardenal Ratzinger  Introducción al Cristianismo que habla de aquel payaso que se presenta en una ciudad para anunciar el incendio del Circo y nadie la cree por vestir de payaso.

Recuerdo la primera vez, por vestir con Clergyman, que me pidieron la bendición en el metro de un gran ciudad. En un primer momento pensé vaya situación pero luego me alegre que esa señora me reconociera. Hoy son muchos los que te paran en la calle: para pedir limosna, para hacerte una pregunta o buscar consuelo.

Al final ser auténticos, aunque sea externamente, merece la pena.

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