martes, 8 de octubre de 2013
Pero a que has ido...
Hoy he tenido que acudir a un funeral en una ciudad española por el fallecimiento de un amigo. y sin tiempo de otra cosa te pongo estas letras...He llegado tarde a la Iglesia porque el tren desde Madrid se ha retrasado y me he tenido que colocar en uno de los últimos bancos.
Delante tenía a tres personas que desde el primer momento han comentado, como se dice la jugada, pero no lo hacían en voz baja sino que desde varias filas más adelante y atrás se les ha llamado la atención.
Cuando ha llegado el momento de la Consagración una de estas tres personas se ha puesto de rodillas pero a los 30 segundos, sin exagerar, se ha levantado diciendo que dolor de rodillas. En la comunión no han mejorado el tono sino que han elevado el tono de voz por el murmullo generalizado en la Iglesia.
Al terminar no me he resistido he ido a la Sacristía para preguntarle al sacerdote si esto era normal. Algunos, me ha dicho, en estas celebraciones sociales -como las denomino- en la consagración hasta se sientan....piensan que esto es como si fuera la pescaderia.
Un funeral no es un acontecimiento social sino que es un momento para acompañara a la familia con la oración y para pedir por el alma del difunto. Todo lo demás desnaturaliza la celebración, hace daño a ala familia y, de verdad, produce malestar a los que de verdad queremos vivir la Santa Misa Funeral.
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