lunes, 14 de octubre de 2013

Una virtud que tenemos que poner de moda



El Papa hablaba ayer de elogiar a la mujer y desde aquí queremos rendir homenaje a una que defendió con su vida una virtud que hoy no esta muy de moda y, que los que queremos ser buenos cristianos, tenemos que emprender una verdadera epopeya para recuperar algo de terreno perdido.

Alejandra es una chica portuguesa nacida en Oporto. A los pocos años se tuvo que ir a vivir con carpintero por el fallecimiento de su padre. Allí aprehendió la Fe. Recibió la primera comunión y pudo confirmarse. Pero a los doce años se abatió contra ella la prueba. Un día mientras trabajaba en el campo un hombre sin escrúpulos le acoso sexualmente. Ella con el Rosario en la mano se libró con violencia del ataque.

Este hecho le llevó a regresar a casa de su madre donde, con su hermana, se dedicó a coser. Un día mientras estaban cosiendo fueron asaltadas por unos hombres entre los que se encontraba aquel que  un día intentó agredir la sexualmente. Ella viendo de nuevo sus intenciones, salto por la ventana. Las lesiones de ese salto fueron irreversibles. Con 20 años por defender la limpieza de su alma quedo postrada en cama.

Me preguntaba, tu por defender la limpieza de tu corazón...,Por defender su pureza San Francisco de Asís se revolcó en la nieve, San Benito se arrojó a un zarzal, San Bernardo se zambulló en un estanque helado... —Tú, ¿qué has hecho?

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