Es verdad que no es bueno santificar a nadie en vida pero en el XIV Congreso sobre Católicos y Vida Pública hubo una intervención, Viktor Orban (Primer Ministro húngaro) que, pudiendo gustar o menos, se atrevió a decir que parece como si Europa se avergonzara de sus raíces cristianas o una Europa regida por los valores cristianos se regeneraría que muchos políticos, que se denominan cristianos, ahora no se atreven a decir.
Puso como ejemplo a su país que, habiendo recibido una herencia tremenda dónde las pensiones medias eran de 250 €, ha empezado a reconstruirse el país moralmente y la nueva Constitución se apoya ahora en la dignidad de la persona, la libertad, la familia, nación, fidelidad y amor, con la obligación expresa de ayudar a los que menos tienes. Es decir, subrayaba, en los valores cristianos.
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