miércoles, 6 de febrero de 2013
El silencio...santificador.
Hay un libro que hace años público Federico Delclaux que se llamaba El Silencio Creador.
Pues en estos días que hemos contemplado el mysterium incarnationis presenciamos otro silencio: silencio santificador.
Jesús en esos años de vida aparentemente silenciosa de Nazaret nos revela que lo más ordinario puede ser santificable porque El da Vida a lo que parece que no la tiene. Jesús es el que pasea, va a la Escuela, se baña en el río, juega con los niños y niñas de su edad, duerme, disfruta de los platos de su madre y, cuando tiene la edad, acude al templo.
Nosotros no solo tenemos que darnos cuenta de esta realidad sino que debemos aprehender que, esas circunstancias, las de cada día pueden ser, como para Jesús, camino de nuestra santificación diaria.
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