Y...¿Entonces?

Te voy a contar un breve suceso de la vida de San Felipe Neri. Un día el santo estaba en su alojamiento y se acerco a verle un joven amigo que con frecuencia iba a verlo.

Este joven se arrodillo al lado del santo y le empezó a contarle cosas de su vida diaria hasta que la conversación se dirigió al examen que iba a tener en los próximos días:

Y después del examen, ¿qué?, le pregunto San Felipe.
Entonces pienso en graduarme en derecho.
¿Y entonces?
Quiero ser abogado. Todo el mundo me dice que estoy dotado para ello.
¿Y entonces?
Entonces podre hacerme un nombre, casarme, abrir un bufete, establecerme y hacerme rico.
¿Y entonces?
Entonces puede que consiga una plaza de Juez u obtener otro cargo importante aquí en Roma.
¿Y entonces?
Pues con los años podría retirarme con una buena pensión y gozar de una vejez en paz.
¿Y entonces?
Oh Padre...entonces como todos moriré porque todos hemos de morir.
Entonces el santo acerco sus labios al oído del joven y susurrando le volvió a preguntar: ¿Y entonces?

A ese muchacho le causo tanta impresión la conversación que se planteó todo su futuro mirando no los planes de los hombres sino de Dios.