
Eran muchos los rumores, en la ciudad eterna, de quién podría ser el sucesor de un Papa tan santo como Juan Pablo II. En esos días de corrillos y susicheos un día tuve la suerte de poder coincidir con el Prelado del Opus Dei y me dijo ¿cuanto estas rezando por el futuro Papa?, en esos momentos caí en la cuenta que en la elección del Papa, en el Cónclave, participamos todos.
Por eso he decido recuperar un piropo a la Virgen que repetía esos días: Madre que vean que es lo mejor para la Iglesia.
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